Siempre es un motivo de alegría cuando nuestros obispos llegan al colegio, ya que nos garantizan nuevos conocimientos y palabras de aliento. En este sentido, comenzamos el mes de febrero con dos bendiciones: el día 2 recibimos a monseñor Hugo Barbaro, Obispo de la Diócesis de San Roque, Argentina. En una amistosa conversación nos animó sobre tres cosas que debemos poner en práctica como seminaristas y luego como sacerdotes en nuestras diócesis: ser instrumentos de unidad, rejuvenecer el espíritu de servicio y rezar mucho por las vocaciones. El 15 del mismo mes recibimos a monseñor Paul Ruzoka, arzobispo de Tabora, Tanzania. Le aseguramos nuestras oraciones para que sigan bien encaminados los preparativos para acoger en su diócesis el Congreso Eucarístico Nacional, que se celebrará en los próximos meses.
Agradecemos a Dios por estas ocasiones de aliento. Confiamos a todos nuestros obispos al cuidado maternal de Santa María, Madre de la Iglesia.
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