El Velino, en la región de los Abbruzzos, es un monte árido y pedregoso en la cima, aunque para llegar a ella se atraviesan encantadores bosques de hayas. Contribuye a su belleza el hecho de que las inmediaciones no estén atravesadas por carreteras.
Dos sacerdotes y siete seminaristas de Sedes Sapientiae fuimos a este monte el domingo 9 de octubre. Pasamos un buen día, favorecido por el buen tiempo atmosférico del que disfrutamos. Almorzamos en la cima de la montaña, junto al refugio alpino de Sevice. Para el regreso, nuestro guía, don Eduardo, nos llevó por otro itinerario. Resultó un poco más difícil y el camino quizá no era el más directo, pero lo disfrutamos igual. Pasamos muy buen día en contacto con la naturaleza.
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