El 1 de noviembre, día en que la Iglesia universal celebra la solemnidad de Todos los Santos, 14 de nuestros seminaristas fueron instituidos en el ministerio del Acolitado. En el motu proprio, "Ministeria Quaedam", San Pablo VI destaca las funciones primarias del acólito: “El Acólito queda instituido para ayudar al diácono y prestar su servicio al sacerdote. Es propio de él cuidar el servicio del altar, asistir al diácono y al sacerdote en las funciones litúrgicas, principalmente en la celebración de la Misa; además distribuir, como ministro extraordinario, la Sagrada Comunión”. La Santa Misa de la institución estuvo presidida por el arzobispo nigeriano Mons. Fortunatus Nwachukwu, secretario de la Sección Primera Evangelización del Dicasterio para la Evangelización.
En su homilía, el prelado, basándose en numerosas referencias bíblicas, exhortó a los candidatos sobre el profundo significado del ministerio que están por recibir. En la Misa concelebraron numerosos sacerdotes, en su mayoría amigos de los candidatos. Después de la celebración eucarística, que tuvo lugar en la basílica de San Apolinar, hubo momentos de fotos con familiares y amigos y una recepción en el patio de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. También tuvimos el privilegio de tener con nosotros a Monseñor Fortunatus durante el almuerzo, después del cual bendijo a todos los presentes. Seguimos rezando por los nuevos acólitos para que, a través del nuevo ministerio que han recibido, estén cada vez más cerca del Señor.