Cerrando octubre con broche de oro, tuvimos la oportunidad de realizar una peregrinación a Asís, ciudad mundialmente conocida por ser cuna de santos y lugar donde esperan la resurrección otros bienaventurados.
La primer parada fue en la Basílica de Santa María de los Ángeles, templo que fue construido para custodiar la Porciúncula y la habitación del tránsito de San Francisco. Juntos visitamos la basílica del Santo, donde veneramos sus restos y honramos su memoria.
Antes de dirigirnos a la basílica de Santa Clara, donde permanece su cuerpo incorrupto muy cerca del crucifijo que ordenó a San Francisco el ‘reconstruir la Iglesia’, fuimos por primera vez como Colegio a orar ante el Beato Carlo Acutis. El joven beato, que reposa en la Parroquia de Santa María Mayor, fue sepultado en Asís puesto que en vida manifestó el deseo de que así fuese.
Sin duda alguna todos ustedes, amigos del Sedes Sapientiae, estuvieron presentes en nuestra mente y corazón mientras suplicábamos la intercesión de los santos.
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