Agosto. El primer grupo de nuevos seminaristas llegó al Sedes Sapientiae procedente de sus países. Comenzaron el Curso de italiano, parte esencial de sus estudios. Roma, la Ciudad Eterna, fue el escenario perfecto donde estos seminaristas exploraran y descubrieran joyas de arte y de fe. Recorrieron la ciudad, visitando lugares emblemáticos como la Basílica de San Lorenzo Extramuros, la Basílica de Santa María la Mayor, el Santuario del Divino Amor, San Pablo Extramuros y la iglesia de San Pablo en las Tres Fuentes, Subiaco, los Museos Vaticanos, etc. También hubo momentos de entretenimiento y actividades recreativas, como una barcacoa con canciones, una velada musical, natación y fútbol sala, que les ayudaron a estrechar lazos de amistad y a relajarse.
Un momento especialmente privilegiado fue el lunes 5 de agosto, cuando pudieron participar en las vísperas solemnes en la fiesta de la Dedicación de Santa María la Mayor, festividad también llamada de la Virgen de las nieves. Presidía la ceremonia nada menos que el Papa Francisco. Fue una ocasión única de sentirse muy cercanos al Vicario de Cristo y rezar intensamente por su persona e intenciones.